Angel Cerviño (Lugo, España, 1956)

 

[Canción de acallar]

 

Ni los golpes cesaban, ni el viento dormía, ni la mañana llegaba.

Quijote, I - XX

 

 

 

Nana del perro a su cadena.

Nana del parapeto a la patrulla de avanzada.

Nana de la mañanita de invierno al tejado del hotel de la playa.

Nana del brocal a la cuerda que el agua no alcanza.

Nana del telón al biombo del camerino.

Nana del templo a su ruina.

Nana del pétalo caído a la podadora que cuelga del delantal.

Nana del mantel a las migajas.

Nana del tendal al garabato.

Nana de tu nanai-de-la-china al viudo que fuma en la ventana.

Nana del cuartel al parvulario.

Nana del chamán al pandero rajado.

Nana del dios menor a su chiflo de barro.

Nana de la fuerza de la gravedad al cuerpo de baile.

Nana del llanto teatral a la sanación con chanzas.

Nana del palomar a la lechuza del campanario.

Nana de la brisa marina al armarito de las banderas de señales.

Nana del telar al vellón prendido en la alambrada (plano- contraplano).

Nana del trueno a la crecida.

Nana de la ardilla a la avellana.

Nana de la bruma del puerto al rostro de Jesús que forman las manchas de aceite.

Nana del polvo del camino al buen humor de la sandalia.

Nana del sitio de honor al diagnóstico equivocado.

Nana de la duna a la pisada.

Nana de los charcos del malecón al nocturno entrechocar de las barcazas.

Nana del rocío de la mañana a las boñigas de caballo.

Nana de la barba ritual a los pájaros de agüero.

Nana del sherpa taciturno al escalador que sepultó la avalancha.

Nana del hurón a las entradas falsas de la madriguera.

Nana del pífano a la campana.

Nana del arcón al vestido de novia.

Nana del hipnotizador al brazo que le falta

 

 

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(Poco Lázaro, Editorial Dilema, 2023)