Un humilde refugio nacido del más obscuro anhelo,con una entrada de temblorosos quiciales, ahí creaste tú un templo en el oído.
Rainer Maria Rilke
Diamante
y por un río nuevo,
sin mirarlo,
con pueblos de sonido
y longitud de Arcángel.
Eunice Odio
En la tarde se incendia el río
hasta los aleros de las casas,
la tristeza enamora el viento hacia la noche,
en la cima palmeras lunáticas
estrellan su pecho en éxtasis contra la tormenta
Cristos de Diamante, me digo,
cuando veo el cielo abierto
como la panza de una vaca degollada
atravesando el puente del Alba
con el rostro hechizado y lleno de presagios.
Alcé los ojos más allá del río
y las estrellas me invitaban a su pueblo
donde cabía mi angustia antigua de reclamar
el reino traslúcido del sonido.
Bajé la mirada hacia mi paso
y vi toda la carne:
la invadía una luz de río vertical
En mi frente la estrella rodaba siendo niña por primera vez
El cielo desapareció para verme
El río es el sol
Estoy solo
La tarde
no cabe
en mí.
Aparición del arcano
Inmisericorde hermano
cuánto nos han mentido
cuánto nos hemos manchado
En la mitad del otro paso mayor.
Cuánto nos mitigaron
Cuánto nos emplazaron a fuerza
Catatónicos en la llanura.
Qué si nos fuimos, inmateriales a alabarte
tú que nunca fuiste desnudez del pecho
campo diurno masacrado por raíces.
Traslúcido imantabas al país de los árboles
raquíticos por la luz
reemplazados a una tierra movediza.
Llaga verbal inventada por la premura.
Nos apersonabas en el concilio
tú que entrabas muerto a pertenecerte
que estabas ido a volver con los delirios,
refugiado azul, ovalado, valiente y puro.
Símbolos: ángeles pordioseros dispersos de semillas
(cerraduras de lo invisible)
Ojos que frotan el aire de lo ascendido
purificando el oro de los adioses
flotas en coronas
y arcanas.
Idioma
A mi padre
Líquida llave animal oscuro
silente presagiando con lentitud los pistilos
vibrátiles consumaciones del ángel mártir
perdón masivo
que hace de las flores flotantes esbeltas osadas desconcertantes simientes
persecuciones de la luz
desvirgado cielo brotando la alegría
cerveza de espuma
hongo de la tierra púrpura
transparencia-psilocibina puliendo las sílabas
hasta hacerlas sonar en el río
como el paraíso insaciable,
timbales,
precipicio de la música
dolor arqueando el esqueleto del árbol
en la verticalidad de su asombro
bestias impuras que comen en silencio sin ser vistas
en la sombra murmuran el misterio
su idioma circular
como los ojos de la lechuza intactos por el hechizo.
Bautismo
a Violeta Anú
Escribo derretido por las geometrías de la Diosa
Floto en florescencia dentro del placer
Llego a la belleza que desvanece poros en cristales
Me interno en los serenos bosques violetas
Cierro los ojos con ardor
El Fuego que es uno tatúa el círculo del cielo en mi frente:
Veo los sonidos enhebrados por la esfera única
Devoto soy en cada pétalo
El Sol despierta su ojo oculto negro de llama púrpura
Nos dejamos quemar por el corazón de la Diosa
en la luz telar de los rombos de fuego.
(Fuente: Círculo de poesía)
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