Little bastard I
¿Por qué se cree invencible un hombre
al estar sobre monturas?
¿Quizá es el viento, el reojo del sol, el bramido de la tierra,
el escape grabado en su inocencia?, ¿quizá vio pasar por
un bosque al Padre retratado en la ausencia del ojo?
El ritmo abierto del galope lo despierta alejado de estos
corroídos ranchos, pam pam repetido como un apellido
inservible, aceras en otro país, desnudo,
desnudo como el caballo,
como la imprenta del caballo
inalcanzable con hedor a petróleo,
al residuo del petróleo. Diría que
encarcelados en la gota del paisaje
los edificios condenan mi devastada escuela.
La velocidad se saborea con paciencia:
no hay personas, ni frutos, ni árboles,
ni verdor en las montañas,
ni color en los semáforos;
solo queda el camino resquebrajado y ese nombre en la
cabeza: James Dean.
Regresar habría sido imposible, él bien lo sabe.
El asfalto es como un hombre vencido,
pequeño bastardo fulminante en la encrucijada del muerto.
Rogelio Aguirre, incluido en Arquitrave (nº 68, julio-septiembre de 2017, Colombia).
(Fuente: Asamblea de palabras)
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