Dos poemas
Álamo de Castilla
La ciudad de Toledo:
Desamparo de torres
Y cenizas de águilas vencidas,
De cuya soledad,
Antiguo olvido de dolor
Y quebranto de nubes,
Con el uno y el otro, teniéndose en la gloria
De una misma muerte;
Y tú que ves el álamo tanto ves al Quijote,
Y menester de lanza,
Y siendo en los cipreses ya te cubres de llanto,
Tú, ciudad de Toledo
Para recordar,
Álamo negro de pasión y muerte.
Copla trascendente, o divina relación para tórculos de Castilla la Vieja
Con leyenda dorada
Andan por libros viejos, de quien la rancia gloria,
Las armas y varones,
La agudeza rompiendo las murallas,
Muy en orden las letras, y la paz, y la muerte,
Las gentes y las lenguas, la cristiandad perfecta,
Los hierros y marfiles, retablos y ciudades,
Binas y primaveras, ser de campos, de estrellas:
El trigo, la cebada, y la paz, y la muerte.
En "Poemas no reunidos en libro", Poesía completa, Ediciones del Dock, Buenos Aires, 2007
(Fuente: Otra Iglesia Es Imposible)
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