Dos poemas
Deudas
Los míos nunca entraron a tallar en las historias.
Destriparon terrones en absolutos junios con heladas,
y dieron hijos con penurias fijas a la dureza de esta tierra.
Hubo arados con gaviotas. Hubo lentas trilladoras
junto a las trenzas rubias de mis tías
y el torso desnudo de tanto cosechero.
El sol del verano hacía fintas mientras tanto en sus cabezas.
Debo el poema. Debo la sangre que no derramé y el sudor
que me he guardado y la pena de ver llegar a mi padre
en un septiembre con sangre sin batallas.
Lo vi llegar herido, con los brazos como rotas alas
pero una furia hecha brasa en las pupilas.
Debo el poema a los colonos comprando el pan en la bolsa
blanca de arpillera. El agrio tabaco en latas de té Tigre.
Las calvas cubiertas con gorras amarillas.
Antes estaba la cocina a leña, el techo de cinc bajo tormentas
del invierno, el café y el mate recibiendo a la mañana.
El cuaderno con estampas era cuadrado y grande
y encerraba al mundo en sus cuarenta páginas.
Después la lluvia de abril complicó todo:
hubo historias que recuerdo y otros amores que me olvido,
sin quererlo. Hubo un tren que me trajo de repente,
arrancándome de cuajo, como fruta verde de diciembre.
Debo aún toda la distancia que me pone cada vez más viejo,
y me entristece.
Crónica gringa, Ediciones La Cachimba, Rosario, 1976-1990
XXV
En la formación
marcial
aquella bandada
de siriríes
hendió
formal el aire
luminoso
de mayo.
¿Irían
hacia lejanas islas
aunque por esa zona
el río era una rémora?
¿o a su refugio
en cañadones
de espadaña
barro
y agua
donde tendrían
sus nidos?
Sólo dos cosas
son muy ciertas:
esos gritos monótonos
dando pábulo
a la tarde
y mi segura
incertidumbre.
Esas ramas altas, Ciudad Gótica, Rosario, 2013
, "Toda aquella travesura vieja. La poesía de Jorge
Isaías", nota y selección de poemas por Diego Colomba, Op.cit., 30 de diciembre de 2023
Más poemas de Isaías en Otra Iglesia Es Imposible
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Foto: Sebastián Vargas/Barullo
(Fuente: Otra Iglesia Es Imposible)
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