Parábola de una pelota de tenis
curva plana, abierta y un punto fijo llamado foco.
surge con el primer resplandor, el mundo real
disponible a la parábola de una pelota de tenis
arrojada por mi mano.
Debajo de la línea,
la carrera atolondrada de Timmy hasta el punto extremo
suma otro instante al arcón de la dicha.
Arriba truenan los pensamientos, los bárbaros despertadores,
los que martillan a futuro y estremecen tu voz en el auricular,
los mismos,
los enmascarados en la ventaja de las sombras
de un escenario presuntamente apacible.
(Fuente: Alicia Silva Rey)
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