viernes, 21 de enero de 2022

Héctor Giuliano (Piamonte, Italia, 1947)

 

La rígida complacencia en los malos tratos y latigazos a dorso y panza.
 
Tramoya alcalina, aquél profeta profetiza, virtual y quinceañero, acerca del albergue nasal y la responsabilidad civil que llamaron fe. (Antiguo Testamento)
 
Ni nerudianos ni vallejistas, opciones regalonas. Un saqueo a puertas cerradas. Ninguno lo merece. Fueron. Faldeos del Osorno y el fecundo desierto del nicaragüense. 
 
Sutileza del tono. Los Proverbios y la libre elección.
 
Ajenas debilidades, un ruso en fuga y Céline, desde luego. Afuera, nieva en Tenochtitlán.
 
Al amparo del griego, Pablo insuficiente. Tuteo vertical en Getsemaní. 
 
Absolutez y fracaso: dialéctica fraguada. Lee Das Kapital como farsa fisiocrática. El hombre anfibio se sale con la suya . 
 
Rigidez y distancia en la boca de Freud, narración entrecortada y Edipo muerto verbal. 
 
Picassianos y el reloj de bastidores, solvente presencia de un pequeño pasado. Acantilados de Bacon, al joven desposeído Rothko. Inminencia. 
 
Bloom & Bloom: los oprobios que brotan del agua y el aceite. 
 
Radiografía de Plutarco, presidencialismo de Lucrecio, insaciable George Sand. 
 
Jim Thompson, James Ellroy, durante cinco generaciones, la depurada prosa electa, sale de la jaula, se despereza y come los barrotes.
 
Extraña victoria: no frecuente y sí frecuente, nuestro desdoblado sinsentido apto para leerse de una sentada. Inclemencia oracular.
 
Lazzaro Spallanzani y Francesco Redi, la vindicación tardía y afortunada de una neoliteraridad plausible. ¿La generación espontánea era meta de moscas y moscardones?
 
Muestra el equilibrio, lo arma y se cae. Piezas del Congreso Antifascista de Viena. ¿Congreso? ¡Antifascista! ¿¡ En Viena!? Mejor y más práctico: a la vuelta de casa.
 
El poeta, el demiurgo, el emperrado, el hostil. el transmigrado ávido de lo que muere y nace, desde Ponge a Lamborghini, románticos a piel y severa observancia. 
 
Voluptuoso plumaje de la garza que picotea a sus pichones y les da muerte y futuro.
 
Tan pronto crece el alba, anfetaminas y clonazepam. La bohemia muerdecola, los beatniks y su merma plasticidad discurrente en USA, pese al cariño y las canciones de Cohen y el murciélago diurno , viejas damas puritanas. 
 
Aquí se nutre el modernito, como se anorexia homerito. Insomnio del teorema. El mar es muy pesado, el chorro de cerveza, no.
 
Fiel a la chicha y ayuntado al cariño, recontraestúpidos utopistas ataviados con repasadores y despojos de Unamuno.
 
Venden, locos y ciegos, venden, sensatos y cabales, venden, ¿acaso la templanza o el acto promontorio?
 
Bucólicas en Berlín. Un alambrado en ese muro de muñecas tuertas y sangrantes menopáusicas.
 
La desdeña y desperdicia, bilingüe extensión, concordia fallida, traductor entre comillas y genuflexiones. 
 
Lo indígena, la etnografía, soplos que van y vienen. Más sartén que chirimoya.
 
Fuentes litúrgicas, la elextrisidá al mango.
 
 
 
 
(Fragmentos encontrados en Essex, cuartito negro de Carlyle)
 
 

- Inédito-




 

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