martes, 3 de agosto de 2021

Dira Martinez Mendoza (Sucre, Venezuela, 1979)

 

 

You can play on my team any day, Lou

 

Como un ciego siguiendo los pasos que otros sentidos
revelan
el amor verdadero transforma a los amantes en éter,
el intocable quinto elemento
se encuentra lejos del orgullo,
en el noble corazón
cuando desaparecen
todas las fronteras.

 


Post Chernobyl

 

Todas las palabras han sido pronunciadas
todas las palabras jungla nacieron el día del deshielo
todas las palabras crecieron cuando caíste como agua en
el desierto
todas las palabras ya fueron incineradas
todas las palabras están volviendo a nacer
(des) prenderse es el deshacerse del miedo
los amantes crecen cuando se miran
ya no caben en el cuarto pequeño
crescendo-fortissimo-crescendo-fortissimo
la unión de los átomos-explosión de los átomos
¿es esto lo que llaman nuclear?
¿es esto un disparo?
¿o acaso está creciendo en mí la palabra cielo?

 


El bosque

 

El primer llamado
es el del bosque
nadie sale ileso
de la voz del fuego,
es el bosque un primer impronunciable asombro niño,
a Dios lo encuentras
en las mínimas hojas
que trasladan las hormigas.

 

 

VIII

 

La justicia
Una es la ley
el sable del amor
no tiene preferencias,
causa y consecuencia
son la repetición del alma
la verdadera justicia
no es ciega.
Equilibrio
es en la balanza
destructor de gravedad,
el plomo
convertido en oro
que ya no duele ni pesa.

 

Eternity

 

Le dicen aurora y no
una luz que viene desde adentro
teníamos que buscarla
lo supimos cuando el estruendoso ruido nos despertó.
Eso era el estrellarse
abrir los ojos
palidecer de incomprensión y de euforia.
Algo en nosotros había muerto
algo en nosotros iba creciendo como flor recién
sembrada.
aquí va un poema post mortem:
sin comienzo ni final
viaje y viajero
el beso largo de la eternidad.
Traslada todo lo tuyo
incorpóreo
ve al encuentro de todo lo que existe sin haber sido
pronunciado.
No quiero decir tu nombre
para poder encontrarte.


Intemperie

 

Un día el viento
se lleva todo
te despoja de todos tus rostros,
en la intemperie
es imprescindible
encender tu propia lámpara
para no morir de frío.


Cenizas

 

Érase una vez un país
en el que los cuervos
criaban ojos.

 

 

(Fuente: La parada poética)

 


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