viernes, 20 de agosto de 2021

Antonio Crespo Massieu (Madrid, España, 1951)

 

 

MUJER QUE CUIDA UN JARDÍN


Al atardecer, en la hora del silencio,

del vuelo presuroso, con la suavidad

del día que declina, cuando dibujan

los pájaros la despedida de la luz,

en la hora incierta en que todo calla

y desciende, la mujer cuida el jardín.

El hombre que la acompaña contempla

los minuciosos gestos del cuidado,

reconoce-pues los vio en otra mujer 

la plegaria repetida, la lenta costumbre

de acariciar el mundo, lo que es eternidad,

instante regresado, incólume presencia,

poda del tiempo, lo posible venidero,

lo que fue y es ahora destello, iluminación.

El hombre ve una mujer inclinada

también en lo pequeño, lo que se limpia,

lo que se corta, entre geranios, en otro jardín,

otro atardecer, otra luz, otro tiempo.

Y sabe que es el mismo jardín, el mismo asombro,

idéntica ternura, la luz herida del mundo salvada

en la paciencia del cuidado, en la tierra empapada,

iluminando con una sonrisa la permanencia.

Como si el tiempo volviera

en la mujer que ama y que cuida el mundo

con idénticos gestos, el mismo afán, la misma alegría.

Como si todo fuera regreso, descubrimiento,

luz que declina, desciende, envuelve.

El hombre contempla el milagro.

En silencio.


***


ANOCHECER EN EL ROMPIDO

 

Abre el mar el libro de las preguntas.

Las barcas varadas en cieno de marisma,

cárdeno atardecer, belleza imposible.

Silencio y espera. Lejanas voces de niños.

Farolillos encendidos, palmeras.

una larga flecha de arena.

un tiempo lento.

Preludio y despedida.

Conjuga tu presencia la luz que declina.

Hace más leve la herida.



.  En: Voces del Extremo, poesía y empatía. Ed. Amargord, 2021

 

(Fuente: Voces del extremo)

 

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