miércoles, 3 de febrero de 2021

Antonio Orihuela (España, 1962)

 

 

QUE EL RÍO PASA Y SE LLEVA LO MEJOR



 

Es duro pensar que ya nunca más
regresará Tomás, herido, sobre la casa

o Leo, aplaudiendo a Julio Iglesias,
pagándonos la dejadez de las facturas,
y todo eso.


Verte a ti, despreocupado de todo,
pendiente solo del gozo y del llanto.


A Chés llamándose Paco,
y saliendo ileso de debajo de un puente.


Todos juntos huyendo de la Casa de la Troya
después de haber vomitado largamente
sin pagar.


Sobre las murallas de Trujillo
aprendiendo, de nuevo, a mirar las cosas
que queremos, que siempre
hemos querido.


Un tiempo que aletea sobre la muñeca izquierda
y que, poco a poco, se rinde a las viejas convicciones

y a pesar de todo, aún un resfriado curado entre las brasas,
un cumpleaños en febrero,
un corazón malherido,
un escalofrío, al volver hoy
con el recuerdo a cuestas
por la carretera de Olivenza
aquella que unía Magacela con Alange
y tantas otras cosas.

 

 


En Esperar sentado. Ed. Ruleta rusa, 2017

 

 

(Fuente: Voces del extremo)

 

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