Litio
Se habla de la bipolaridad de mi locura.
De la necesidad del litio de por vida.
Hace diez años:
Litio en desayuno.
Litio en el almuerzo.
Litio en cena.
Y cada tres meses una litemia.
(Valor de litio en sangre)
Una ecuación psiquiátricamente perfecta.
Sin embargo, yo siento
que mi locura
tiene mucho más que dos polos.
Muchos más matices.
Muchos recovecos.
¿Será, tal vez, multipolar y multifacética?
Me pregunto si puede el litio con todo esto.
¿No estarán podridas mis neuronas de tanto
Ceglutión en cuotas?
Maníaca. Depresiva. Psicótica.
Caractericemos.
Encuadremos.
Traguemos la pastilla.
Que pobre mi locura bipolar
que se queda quietita con el litio.
Que retrocede asustadiza.
Y yo vuelvo a esta lucidez de morondanga.
Prolijita, Mustia. Gris.
Casi calladita.
Es que si rio demasiado tiemblo.
(Me estoy euforizando, temo)
Si lloro, también tiemblo.
(Me estaré deprimiendo, pienso).
***
Poeta, escritora y loca. Se desempeñó como docente en la Escuela de Psicología Social y formaba parte del Frente de Artistas Externados del Borda. Convirtió en poesía y literatura sus experiencias con la locura y sus múltiples internamientos psiquiátricos. Fue a parar “con sus huesos” a los manicomios: Borda, Moyano, Alvear, el Servicio de Salud Mental de Olavarría, el hospital de Hinojo, y Montes de Oca. Muere en 2012.
(Fuente: La parada poética)
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