O, LA BALLENA
HASTA adentrarse en escasa
casas y calculables décadas
después idénticas contracorrientes
de ríos ni siquiera
decembrinos terminan de traer su eco hoy
también de tanta recta ritual
en estas rías por descomedir
~
domésticas las atesoraríamos
como tributos para volver
a nombrarnos en cuanto marra el ritmo
cotidiano tampoco acierta
a incorporar un horizonte menos
efímero que frene afán por definir
~
tras un resuello común su minúscula
escaramuza reincide
escaramuza en sus tasados términos
cuando persigues por tu piel
su rastro sofocado hasta secarse
al sur de su silencio tu silencio
~
desdice su segunda
naturaleza incipiente
esta morada por desamarrar
de estas orillas que aún recorremos
para allanarlas sin aullido aún
~
en lo que otro invierno va
dejándonos su idioma innumerable
solo tras la promesa de su idéntico
oscilar entre horizonte
de suceder y algún meandro nuestro
aquí a cada uno va dejándonos
~
deletrear ciudad
abierta todavía por esbozar adonde
solo termina de volver al vaho
público hasta dispersar un vacío
cobijado en su voz de mero mercadeo
muy inminente de mutismo
~
saldría entonces cada cual
a maniobrar de oído idioma oído
adentro tras cualquier sed
de allí donde ensayar
un ya en el habla
de cuanto aún nos quede de un deseo de días
felices nos diría aquí
~
Samuel su víspera conserve
tras nuestro barbotar de inabordables
suburbios un desvelar de sílabas
su vecindad de indicio
advenedizo intruso en el remanso
abierto de lo dicho en canal
es también un decir
~
por espaciar intransferible
tal vez en intervalos
curva sin equilibrio entre deslices
jerga puntual de huérfanos fugaces
donde abultemos menos
donde abonemos más
en cualquier lengua por despuntar
Daniel Aguirre Oteiza
O, la ballena
Varasek ediciones
(Fuente: Papeles de Pablo Müller)
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