DIARIO DEL EDÉN
DIARIO DEL EDÉN
Leía a Montesquieu, a Voltaire
y a los grandes autores de la Enciclopedia.
Yo caminaba en línea recta por el mundo
–el corazón atento al mínimo desvío–,
con una meta y una dirección precisas.
Yo gobernaba mis pensamientos y mis actos...
Hasta que una mujer edénica me dispensó la noche,
y las rectas dejaron de ser rectas,
los cuadrados se volvieron círculos,
los espejos renunciaron a la simetría
y mi vida se atestó de curvas e irregularidades:
todo lo que entorpece a la razón
y habilita el costado de los sueños.
(Fuente: Daniel Rafalovich)
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