La noche es una niña
muy fresca y blanda:
todavía no habla
y apenas anda.
***
Nochecita, te pido
que no te vayas,
así puedo cantarte
mis cacharpayas.
***
No hay cosa de estos días
que no me espante.
Por eso entro en la noche
como en un guante.
***
¿Por qué siempre mi noche
se vuelve día?
¿Será apuro del sol
o culpa mía?
***
Somos pasto del tiempo,
azar de turno,
tibia noche extraviada
en huesos diurnos.
***
Le pregunté a la noche:
“¿Puedo ir contigo?”
Y me dijo, a lo Herminio:
“¡Seguí sinmigo!”
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