domingo, 6 de octubre de 2024

Leonardo Longhi (Buenos Aires, 1968)

 

XX

Cómo arreglamos ahora el poema. Ellos
y ellas, de eso no vamos a hablar. Sería
el fin de olas bajo los pies, los de recién
andar. No sé, no sepas. Perseguimos un
globo por la avenida de la iglesia luego
de la guerra de las brujas. Eso aprendiste,
también el canto como lumbre del azar. Ah,
quien se burla ya encontró la heredad y el
espanto. Nunca te preocupes que ya se van
los santos y las luciérnagas a un mismo campo
que se besa con la orilla del río. [Aquellas viejas fotos no muestran el brillo del pez contra la línea de los ojos?] Vamos, de morar a mar a no morir
hay un trecho y una luz de ardor a hada, o nada.
++
 
 

SELF

 

Nada te salva de las últimas beldades, sos
un meteorito lanzado en el retorno hacia la
extinción. O qué decir de un nieto exiliado
y de un padre gorila, con toda su mansión
roja de estacas. Tengo frío y miedo, oh de
seo no tiranices mi desidia. La boca del coso
canoso es un verdadero asco marsupial, pe
pero ella ríe y se inclina como la tarde argen
tina con su cabellera rubia natural, etcétera.
++
 
 

YA

Si, soy yo, el de todos estos años,
preso de un amor infernal y lento.
Te decía que existe el mal. Seré
insumiso, esquivo madero, basurita
deslizándose un domingo atrás
en el barro de la plaza. Nace de mí
un "no" quebrado en yoes sin alma,
y esto era lo que menos importaba.
Flotan añoranzas de fusilamiento,
silva el aire entre las ramas. En la casa
de la esquina juegan nietos y nietas...
Shhh. Cubre las uñas el último nácar.
Cuánto más deberíamos resistir?
 
……

(Fuente: Daniel Freidemberg)

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