sábado, 3 de agosto de 2024

Susana Cella (Buenos Aires, 1954)

 

Puede ser una imagen de 2 personas

Cuatro poemas 
 
 

PLANTO A LA ARGENTINA 
 

"La patria es un dolor que aún no sabe su nombre" Marechal
 
 
En la orilla del canal la banda de aplastados y afuereados
con un tablón ancho tientan puente para cruzar
engrupidos por una luz rebotando
desde la lejana costa allende la General Paz.
De puro viento extensiones les rotan la vista del oeste
al mundo abierto del sur campo hasta montañas barruntadas
por invisibles
en el azul mugroso anochecer recién parido
por la espalda este del indiferente Río.
 
O es peor el norte inundado
la altura chata del pueblo blanco
paredes de piedra amputadas y barrotes encerrando
las muy enjutas las despobladas
caras secas que desde adentro miran
o desde afuera se apartan y arremeten
a cualquier sitio anegado de roña y verdín
asfalto ardiendo chapa agujereada
ladrillo cementado techo plano y sostén
por donde pasan cables y alimañas
sueltos inversos al tiznado bulto que desde dentro
de los sucuchos enrejados nomás mira empalmado sin mover
mano o dedo por no agarrar el fierro
duro y frío en hebras calcinado por soles sin amanecer.
 
 
 

 
EL SENTIDO DE LA DESCRIPCIÓN 
 

El Objetivo mira crecer una planta
Fija en lo inmutable una cifra del pájaro
Desasido el sujeto sigue en su vacuo contemplar
sucedidos, trabajos y casos
horizontales pasos, riñas, fiascos
que nunca lo han de alterar
Objetivo el sujeto en otra parte
cava gritos y pronombres y dice que instila verdad
Erigida su casa de cemento pintarrajea
inverosímil deseo de protagonizar
Asordinado impasible describe
con objetiva logicidad el fingido aprender
Y bien conoce que no es lógica ni sentido ni razón
lo que al pájaro y la planta atañe
sólo un paraguas andrajoso
disfrazado de imparcialidad.
 
 
 

VERSEADOR

 

El pobre poca cosa andaba siseando sus elementales frases
olvidando que una rajadura en la pared
induce a mucha gran profundidad
Luego captaba algún bicho volando, reptando o caminando
y sin preocuparse de los cansancios gerundios
lo alzaba a alturas de guardar.
 
Magnos elogios recibía el urdidor de naderías
por cuanto sin menester
maltrecho y miserable
ha desertado de los rincones donde se abrigan los dichos
ocultos entre vestigios, neologismos, arrebatos y fusiones
de palabras indagadas y reacias a acudir al instante
en que brindan la meridiana iluminación.
 
 

APURAR CIELOS PRETENDO

 
Estribos, bridas mansas, nodular.
Todavía no se peleaban el destino y la libertad
juntos cabalgaban mi madero, sin medida su hablar
El miedo huyó conmigo o el ángel se lo llevó
por tanto no pude escapar del cerrojo
la llave perdida desde antes de cegar
Cuál error tendría tal polen
Qué bifurque variedad o modo
Si esto no fuera lo que debía habitar
Si esto no fuera lo que quería evitar
**********
 
Derechos de autor reservados
del libro Estaciones - Ediciones Bernacle 2023
Fuente: Revista LA Mula (Web)
 
(Fuente: Oscar Vicente Conde)

No hay comentarios:

Publicar un comentario