Cinco poemas
Cinco poemas
II
Como un caer
de a poco
del agua en el agua,
puesta nomás a hacer
lo que sabe, caer,
caían las
cosas
al alma.
como si al fin hallaran
su lugar las palabras,
o crepitara, a
pesar de todo, un rescoldo
(soñé que hallaban un lugar las palabras,
al crepitar de, a pesar de todo, un rescoldo).
III
Como fundando su lugar las palabras,
como resacas de lo que nunca ocurrió.
Como los frutos del árbol
del paraíso, pudriéndose
(¿cantos de cisne? ¿música de las esferas de acá?).
Y era como si el tiempo en esa escena empezara
o (¿no es lo mismo?) llegara a su fin
(algo en la escena iba llegando a su fin, o empezaba,
entre otras cosas que no entiendo).
He visto alas oscuras en un campo amarillo.
He oído pasar largos trenes de carga,
como una música de las esferas de acá,
y un amanecer vi, y el temblar de unas hojas
(puedo decir que he visto temblar unas hojas).
II
Puedo decir que he visto el
temblar de unas hojas
y las marcas que deja
la lluvia en la pared
y aves oscuras en el cableado público.
III
He visto las páginas de un
diario, arrastradas
como pañuelos de la civilización
devueltos al orden de este mundo
(como recuerdos
de la civilización, devueltos
a su ser de cosas).
Hojas de diario, latas, raíces ya sin árbol:
lo que al fin, lo que está.
IV
He visto libros de historia subrayados
y una llama apagándose, y una foto que falta.
He visto libros
de historia deshojándose,
como si vueltos al orden de este mundo,
y almanaques vencidos
y sobre ellos el polvo,
y vi en el aire las
páginas de un diario,
y no era un ángel, era un diario nomás.
Y ahí, en la música del ir y venir de todo
flotaba lenta una pluma de gorrión.
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de "Esa materia que se fuga" - Barnacle Ediciones (2022)
Fuente: Vallejo & Co.
(Fuente: Oscar Vicente Conde)
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