Un cuadro de Eduardo Stupía
En el rabo del ojo
se ve el lugar en que mi país licúa
el continente,
y es con difusas manchas,
mezcladas con gruesos trazos de pincel
o rotulador.
A medida que bajamos por el mapa
vamos siendo un país con poca vegetación, casi
nada de verde o maíz o anacondas o calas,
y sin revolución alguna pintada en las paredes
de salas enormes en palacios gubernamentales.
Nos diluimos en un silencio que no aterra,
el hielo avanza hacia nosotros con viento y niebla,
sobrevolado por gaviotas,
mientras escapa, húmedo, entre las piernas
de los transeúntes,
el verano espantoso y amarillo.
*
Habanera
Habanera
De pronto entró María Callas
la platea sufrió un desvanecimiento
se vio a mujeres abanicando a enanos
estallaron barcos petroleros en el puerto
pero cesaron los crímenes pasionales
los hombres solo decían madre y señora.
"Poemas fantásticos y de ciencia-ficción", inédito
No hay comentarios:
Publicar un comentario