en un río que todavía no existe
entre otros sólidos flotan rotos
espejos paradisíacos y aun más
acá de los adobes de las huacas
ante este pasmo de los siglos fértil
en llagas a la larga lo desvertebran
con redobles calambures cabriolas
sobre la arena se derrama el azogue
acalambra su lugar en los desechos
dobles y triples albures sus reflejos
en este río que nunca existió
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