FRÍO
Madre
con Madre
bajamos
al sótano a buscar pickles
El agua del barril estaba turbia
el líquido cubierto de moho
Madre dijo
Ah, pero el agua está fría
el agua está fría repetí yo
y de dónde viene este frío
que me entumece el brazo
tal vez de la oscuridad
de la noche o del suelo
del suelo
debajo del suelo hará aún más frío
EL MURO
cada mañana yo solía correr al cementerio
adyacente para
desparramar los fragmentos de sueños
y de olores desagradables que se habían juntado durante
la noche,
en ese lugar de mi cuerpo donde sospecho
que el alma yace dormida
era un cementerio extraño - los católicos,
los ateos y los ortodoxos reunidos en una punta
en la otra -sólo judíos, aunque leer
lo que estaba inscrito en las lápidas cuesta creer
que para ellos la Torá era el más importante
de los libros
un día el cementerio fue dividido por un horrendo
muro de bloques de cemento
me gustaban los cementerios - el miedo a la muerte
lo alienta a uno a saber todo más íntimamente y no
a salir corriendo
cuando apareció el muro comencé a evitar
visitar ese sitio
los muertos que no pueden hablar entre sí son más terribles
que los vivos que se estrangulan unos a otros
BIBLIOTECA
"de pronto se abrieron los estantes y entró un niño..."
-Kornelijus P.
Yo estaba sentado en la sala de lectura de la biblioteca,
el gran hall
junto a una mesa enorme, absolutamente solo, la
copa de mi cráneo rebosando
con el vino de la información de cien años
mi cabeza hilaba de ello, como lo hicieran
las largas sombras
que caían de la espalda de las sillas
Luego, hacia el atardecer, un hombre al que
nunca había visto antes, vestido de negro, se me acercó
dijo que era un vendedor, zumbando un poquito,
el sonido de la "r" como un engranaje saltando en su garganta
Me ofreció un reloj, hecho en 1908, Señor, dijo
no se arrepentirá.
"Solitarios" relojes dorados de bolsillo con cadena-
los mejores
la elección de ese año, cada uno de sus minutos será
oro sólido, aún para mí Señor, diciendo estas palabras
la voz del hombre cobró un tono patético - tendré algo
para recordar
cuando en 1943, yo un anciano
padre de tres, desnudo, sin siquiera
un pequeño bolsillo
para un reloj de bolsillo, me arrearon
dentro de la cámara de gas.
***
SIGITAS PARULSKIS nació en Obeliai en 1965. Es poeta,
ensayista y dramaturgo. Estudio lengua y literatura lituana
en la Universidad de Vilna y actualmente da clases de es-
critura creativa en la Facultad de Filología de esa Universi-
dad.
Ha recibido numerosos premios literarios, incluyendo el
Premio Nacional de literatura en 2004.
Ha sido traducido a numerosas lenguas. Tal vez estas sean
las primeras versiones de sus poemas en castellano.
Vive en Vilna.
Eugenijus Alisanka (Ed.) Six Lithuanian Poets. Arc Publi-
(Fuente: Idiomas olvidados)
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