martes, 2 de marzo de 2021

Paul Celan (Chernivtsi, 1920-París, 1970)

 

 

Epitafio para François




Las dos puertas del mundo
están abiertas:
abiertas para ti
en el atardecer.
Las escuchamos golpear y golpear
y llevar lo incierto
y llevar la vida a tu siempre.

~
 

Shibboleth




Con mis piedras,
engruesadas por el llanto
tras las rejas,
 
me arrastraron
al medio del mercado
allí
donde se iza la bandera, a la que
no presté ningún juramento

La flauta,
la flauta doble de la noche:
piensa en el umbrío
y mellizo arrebol
en Viena y Madrid.

Pon tu bandera a media asta,
la memoria.
A media asta
por hoy y para siempre.

Corazón:
date a conocer también aquí
aquí, en medio de los mercados.
Grítalo, el shibboleth, fuera
de lo extranjero de la patria.
Febrero (1), no pasarán (2).
 
Einhorn: (3)
sabes de las piedras
sabes de las aguas
ven
te llevaré lejos
hacia las voces
de Extremadura (4)

N. del T. 
(1) Hace referencia a la guerra civil austriaca de febrero (Februarkämpfe) de 1934.
(2) En español el original.
(3) Erich Einhorn, amigo de Celan. "Unicornio" correspondería a la traducción de su apellido.
(4) Alusión a la masacre de Badajoz en 1936.

~
 
 

Cualquier piedra que levantes




Cualquier piedra que levantes –
descubres,
a los que necesitan el cobijo de las piedras:
desnudos,
renuevan el revoltijo.

Cualquier árbol que tales –
construyes
el lecho donde
las almas se acumulan otra vez,
como si no temblase
también en este
eón.

Cualquier palabra que profieras – 
se la agradeces
al deterioro.

~
 
 

ESA PALABRA DE IR-A-LO-PROFUNDO,

la palabra que hemos leído.
Los años, las palabras desde entonces.
Todavía somos nosotros.

Sabes, el espacio no tiene fin
Sabes, no necesitas volar
Sabes, lo que está escrito en tus ojos
nos profundiza en lo profundo.
 

***

Versiones de Nicolás López-Pérez

/
 

Grabschrift für François

 

Die beiden Türen der Welt
stehen offen:
geoeffnet von dir
in der Zwienacht
Wir hören sie schlagen und schlagen
und tragen das ungewisse,
und tragen das Grün in dein Immer.

~
 

Schibboleth



Mitsamt meinen Steinen,
den grossgeweinten
hinter den Gittern,
 
schleiften sie mich
in die Mitte des Marktes,
dorthin,
wo die Fahne sich aufrollt, der ich
keinerlei Eid schwor.
 
Flöte,
Doppelflöte der Nacht :
denke der dunkeln
Zwillingsröte
in Wien und Madrid.
 
Setz deine Fahne auf Halbmast,
Erinnrung.
Auf Halbmast
für heute und immer.
 
Herz :
gib dich auch hier zu erkennen,
hier, in der Mitte des Marktes.
Ruf's, das Schibboleth, hinaus
in die Fremde der Heimat:
Februar. No pasarán.
 
Einhorn :
du weisst um die Steine,
du weisst um die Wasser,
komm,
ich führ dich hinweg
zu den Stimmen
von Estremadura.

~
 

Welchen der Stein du hebst 



Welchen der Stein du hebst -
du entblösst,
die des Schutzes der Steine bedürfen:
nackt,
erneuern sie nun die Verflechtung.

Welchen der Bäume du fällst -
du zimmerst
die Bettstatt, darauf
die Seelen sich abermals stauen,
als schüterte nicht
auch dieser
Äon.

Welches der Worte du sprichst -
du dankst
dem Verderben.

~
 

DAS WORT VOM ZUR-TIEFE-GEHN,

das wir gelesen haben.
Die Jahre, die Worte seither.
Wir sind es noch immer.

Weißt du, der Raum ist unendlich,
weißt du, du brauchst nicht zu fliegen,
weißt du, was sich in dein Aug schrieb,
vertieft uns die Tiefe.
 
 
***
 
 
(Fuente: La comparecencia infinita)

 

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