ORACIÓN DEL AUTOR
Si he de hablar por los muertos, tendré que abandonar
este animal que es mi cuerpo,
deberé escribir una y otra vez el mismo poema,
porque una página vacía es la bandera blanca de su rendición.
Si he de hablar por ellos, deberé caminar
sobre el filo de mí mismo, deberé vivir como un ciego
que corre por los cuartos
sin tocar los muebles.
Sí, estoy vivo. Puedo cruzar la calle y preguntar «¿Qué año es?»
Puedo bailar mientras duermo y reírme
frente al espejo.
Hasta dormir es orar, Señor,
yo he de alabar tu locura, y
en un idioma no mío, hablaré
de la música que nos despierta, la música
en que nos movemos. Pues cualquier cosa que diga
es una especie de súplica, y los más oscuros días
tendré que alabar.
de "Bailando en Odesa",
(Traducción: Gustavo A. Chaves)
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