Domingo en Matemblewo
como agua bendita en la fuente bajo las rocas
desde donde las mujeres bajan a pie al valle
cada una con una botella transparente aunque llena
y allí nacidos del barro en la salvación de las heridas
vuelven a entonar cantos de agradecimiento
pues lo que deseó aprisionarlos
se hinchó y estalló como la vejiga de un cerdo
lo huero fue perforado por el escalpelo de la oración
por el agua de vida por las pequeñas bocas
que en una colina al alba colocó
el dulce señor del cielo y la tierra
el vencedor de la muerte del infierno y de Satanás
el protector de los cartílagos de nuestros tiernos codos
el pastor celestial —no hay pues motivo
para el temor los lamentos contar las propias caídas
el agua y la piedra en el arroyo entre las rocas
un matrimonio joven con tres niños pequeños
baja ahora de un skoda: venga Jas abre
el maletero sacaremos los panecillos
y la manta para Ania —se interrumpe la voz
en un océano de ágiles y murmurantes hojas
pero un momento después llega desde lo alto de las escaleras
frente a la imagen de la Virgen: recemos
una lengua que busca la voz que se adelanta
se sueltan los labios al otro lado de la oración
el agua bendita de antiguas profecías
fluye de nuevo en la garganta y le dice a la lengua
que susurre: Dios te salve María —bajo tu protección
recemos por las ánimas errantes
corren las lágrimas por la cara del hombre de un ford blanco
y quizás finalmente se avecina una tormenta
las hojas braman cada vez más fuerte en Matemblewo
después de misa el mundo es sencillo y bueno y también
mucho más real: ella les da de comer bajo un árbol
y él los protege de la gente y del viento
incluido en Poesía a contragolpe. Antología de poesía polaca contemporánea (Prensas Universitarias de Zaragoza, 2012, selec. y trad. de Abel Murcia, Gerardo Beltrán y Xavier Farré).
(Fuente: Asamblea de palabras)
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