Pantalla dividida
La chica rubia en mi baño
Usando lencería de cuero
Está cortando su cabello
En la esperanza de darle la apariencia
De ser más largo.
Eso me recuerda al húngaro
Que se muda a Los Angeles,
Se olvida cómo hablar húngaro,
Y nunca aprende una palabra en inglés.
Los árboles están llorando
Ellos han llovido las ventanas
Para celebrar la muerte del viento.
Dentro, él traza líneas
En el mantel blanco
Con un tenedor, describiendo elaborado
Equipamiento sexual japonés.
Sus ojos son su propio lenguaje,
Que lloran como árboles en una pintura
De Miguel Angel (Antonioni).
Chicas flexibles de Tokio
Los efectos del mundo se dispersan
Con lentos bloques verdes
Que caen en la calle.
Figuras de humo aquí en algún sitio
Levantándose como cabellos caucásicos.
Mi taxi está impermeabilizado contra la lluvia,
Luces, microondas, contra la canción
Las chicas vestidas como marineros
Están hipotéticamente cantando.
Veredicto con guitarra
Este aire creciendo no es aire
Sino tazas y platitos
Formados por la redondez
De su propia evidencia
De la misma forma los árboles
Aunque no son guitarras
Son testimonio de su propia música,
Inclinándose levemente
Hay gráficos que explican esto,
Y circuitos, ignorados
Por el peso de su separación
Aún así, ninguna acción puede prevalecer, ningún postre
Servirse. Nada implicado
Excepto las circunstancias
Ya rotas.
Y así estas ideas gastadas
Aquí usadas como ropas
Serán compensadas, sin disculpas,
Por las cuerdas más suaves de sus instrumentos
(Fuente: Opcit. poesía)
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