EL ESPEJO DE SYLVIA
Cenicienta
Saludo la mecha rubia de tus cabellos.
Saludo tu voz desmigada como pan.
Tan pequeña, y luchas con los toros;
Tan frágil, y arrancas la piel de las serpientes;
Tan débil, y chupas la sangre de los monstruos;
Tan delgada, y mueves las lápidas mortuorias:
Eres guerrera descalza y sin armas,
Ningún calzado lleva a ti
Ninguna medianoche
Como un pretexto
Para que huelas tu suerte infortunada.
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en "Espejos de las fugaces", Vaso Roto, Madrid, 2010. Trad. Héctor F. Vizcarra. En la imagen, Joumana Haddad (Beirut, Líbano, 1970) por Albert Armengol.
(Fuente: Jonio González)
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