Ars Poetica
Acude cuando nadie la llama. Le gusta mostrarse en
la corteza de un árbol, en los ojos de un perro, en
la escama de un pez.
arena donde nada se posó. Le conmueven la foto
trucada de los periódicos y la herradura floja.
Se mueve a sus anchas, sorprendida de mí. Con
alas, como una burbuja que no termina de caer.
El humo en que se disuelve no es adiós. Es la lenta
gramínea de la tierra que reverdece para otros.
No es necesario retenerla: está. Presta su voz para
que el mar y los hombres silenciosos se sirvan de ella.
La siento en el pecho, en los labios, en el mentón.
Quiero aislarla, cercarla, descubrir las puertas por
donde suele entrar.
Que sea, otra vez, lo limpio; que sea, otra vez, lo claro.
(Fuente: La Parada Poética)
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