OTOMANA
Soy hija de esta fábula.
Patria le dicen.
¿Destino?
Aprendo a corregir sabores,
a buscar pozos de agua,
a inventar refugios
de ave migratoria.
Desde mi ventana,
la oración,
el regateo ,
el curso de los días,
en direcciones opuestas,
prueban al mundo.
Desordeno genealogías,
miro de lejos los muros del palacio,
el resplandor del imperio,
su voluptuosidad.
De la calle llegan voces,
olor a pan recién cocido,
pasos que conjuran mi derrota.
Vuelvo hacia el espejo.
Sigo siendo la memoriosa,
la que olvida.
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