UN POEMA DE LA CARA OCULTA DE LAS GÁRGOLAS
MURIENDO EN EL HOSPITAL
Para K.R.
Estás echado, mudo, y no logras mirarme.
Me miras, y no logras mentir mudo.
Tratas de desvanecerte como una piedra en el lago.
Como una piedra en el lago, tratas de desvanecerte.
Estás echado, mudo, y consigues mirar afuera.
No tratas de desvanecerte en mí como una piedra.
No estoy segura de nada aquí, y el amor no encaja.
El amor no va aquí, y no estoy segura de nada.
Como no sé nada, mejor no hablarme de amor.
Mejor no hablarme en absoluto, si nada sé de amor.
Como no sé que el amor no corresponde, y no estoy
segura de nada, nada, mejor no hablarme de amor.
Nada es nada para mí; nosotros no resonamos.
Nosotros no resonamos; nada es nada para mí.
Siento que te estés muriendo. Si yo pudiera decirte.
Si pudiera decirte que siento que te estés muriendo.
Nada es nada. Solo siento que estés muriendo sin mí.
Si pudiera decirte que resonaremos ahora.
Quieres sonar como una campana, y me muestras el lago
afuera. Yo no. puesto que el amor no me pertenece,
y no estoy segura de nada aquí, nada, es mejor
no hablar ahora. Yaces, mudo. Nada es nada sin
ti. Si, al menos, yo pudiera desaparecer. Tú eres
la piedra de amor en mí: siento que estemos muriendo.
Lyn Coffin
La cara oculta de las gárgolas
seguido de ¡Ay!
Traducción de Elisabeth Candina Laka y José Blanco
La oveja negra
Garvm
(Fuente: Papeles de Pablo Müller)
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