Estas letras
mayúsculas, minúsculas,
ósculas, úsculas,
sin sentido
o con harta sensatez,
se estampan en papel
o memoria de barro
para dar paso
a un escrito.
Todo en él y nada.
Rulitos, tildes,
puntos no suspensivos,
diéresis,
cenizas,
polvo para blanquear
la nariz
y pasta para ruborizar
los cachetes
inflados como cuerito de vejiga;
digamos,
carneo de chancho viejo
y fiesta mojiganga.
Afuera,
en la boca del parral
la luz se enreda
entre hojas y racimos.
Y la dejó ahí,
apasionada,
hecho físico
sin explicación.
- Inédito -
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