LAS PALABRAS DESOBEDIENTES
LAS PALABRAS DESOBEDIENTES
-¡Que os vais a caer, bajad de ahí!
(y siguen trepando tronco arriba, hasta las ramas frágiles).
-¡Salid del agua, que estáis tiritando y hay Levante!
(y aun con los labios morados, siguen riendo, y se zambullen buscando -¡qué sabrán ellas qué!- en el fondo enturbiado del borde de la playa).
-¿Ves como no siempre quema el fuego?
(parecen decir al hacer malabares con verbos y hemistiquios).
-¿Ves como es posible pisar el horizonte?
(afirman descaradas mirando alternativamente hacia los dos lados del mundo).
Son las palabras desobedientes, que en Miguel Ángel Curiel trastocan el orden de los planetas y demuestran que no todo está dicho, que aún hay colores por rescatar y sonidos que se convierten en alimento (como los que regresan de los Phantom Songs de Alberto Iglesias).
Öᴋᴏʟᴏɢɪᴇ es un territorio peligroso, pues exige el previo desaprendizaje de los clichés omnipresentes, que de tanto ser vulgarmente repetidos parecen haber logrado pasaporte diplomático.
Hay que regresar a los siete años, al primer batracio diseccionado, al miedo intenso de aquella noche tan hermosa, cuando las estrellas pesaban como gritos de dioses y nos tembló en el centro del cuerpo ese pájaro que desde entonces impulsa nuestro corazón, para tomar este libro entre las manos y, al azar, como si fuera un oráculo, abrirlo por el exacto sitio de la herida.
No dejes nunca de sangrar, Miguel Ángel Curiel. No duermas nunca.
* * * * *
A ELLOS
A ELLOS
hablo a
mucha distancia,
siento eso en los otros,
contracción,
el silencio del cielo,
pesado,
en la noche
crujen cantos.
* * *
he aquí el mamut de la muerte dentro del sol fundido en un millón de pájaros.
* * *
DEPÓSITO
DEPÓSITO
la leña se acabó,
y el amor,
la muerte mide la eternidad,
¿y quién
es ella
si no trae leña
o amor?
* * *
guardo tantos nombres
para un río nuevo,
como un mirón cualquiera en esta playa vacía
he mirado el mundo,
el aire de
estos días ínfimos,
tierra cuarteada, tú,
cuántas veces, caja de clavos,
los clavos en el sol, tú,
clavos,
y vuelve el aire
un poco antes de los días.
* * * * *
MIEDOS
MIEDOS
el abrigo pesa, la muerte no,
para el desnudo
es el peso del cielo,
hablas mucho pájaro,
vuelas y te cazo,
todas las palabras
son cepos,
tengo miedo a caer pájaro.
* * * * *
MIGUEL ÁNGEL CURIEL – Ökologie
Huerga y Fierro / Rayo azul, 2023
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