LA BODA
Ni vestido de novia.
Ni traje solemne.
Solo Él y Ella,
con ropa de diario,
después de los meses de amor intenso
previos a su decisión.
No se fijaron en el funcionario,
no vieron a los testigos.
Se miraban el uno al otro como en trance,
en una inmóvil danza interior.
Huyeron enseguida después de la ceremonia,
¿qué ceremonia?
Se lanzaron en un vuelo de Chagall por encima
de la ciudad.
Y nunca regresaron.
Traducción CORINA OPROAE
(Fuente: Adriana Hoyos)
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