Dos poemas
La doliente quimera
Vuelvo el rostro y veo
la dimensión del odio.
No he venido a decirte
que todo es tarde para mí.
He vuelto a tu crueldad,
a sucumbir junto a la
piedra.
Veo mis ruinas en tus ojos
hermosos todavía.
Veo tus manos
todavía perfectas
y emerjo
de las brumas violentas
del pasado
cada vez más
solo.
Vuelvo a contemplarme y todo es triste.
Todo:
mi soledad:
mi fuerza:
la montaña.
Te miro
en la mentira de mis sueños
y te arrojo a mis
abismos.
Si me llego a encontrar con aquel
que huye de mí
volveré a tu ternura
y empezaré a decir
lo que nunca
hubiera dicho.
Maquiavelo y las mujeres
Si deseáis escribirme algo a propósito de las
damas, no dejéis de hacerlo. En cuanto a los
asuntos serios, hablad con aquellos a quienes les
gustan o comprenden mejor que yo. Nunca me
causaron más que contrariedades, en tanto que
aquellas me hacer experimentar sólo dicha y placer.
Maquiavelo: Carta a Francesco Vettori, 3-8-1514
Le gustaba la pachanga
como a cualquier hijo de vecino.
Los asuntos serios lo aburrían.
Las ñatitas, en cambio,
le dieron la felicidad que nunca
conocerán
los poderosos.
En Antología de poesía hispanoamericana (1915-1980), Selecciones Austral Espasa-Calpe, Madrid, 1984
Otra Iglesia Es Imposible - Inmediaciones - Poéticas - Festival Internacional de Poesía de Medellín - Poemas del Alma - Fausto Marcelo Ávila - Los Poetas que Leí - Poetas Siglo XXI
Foto: Noti Riber/Facebook
(Fuente: Otra Iglesia Es Imposible)
No hay comentarios:
Publicar un comentario