miércoles, 22 de marzo de 2023

Charles Baudelaire (París, 1821-1867)

 

EL ENEMIGO

 

Mi juventud no fue más que una tormenta tenebrosa
atravesada aquí y allá por soles luminosos;
el trueno y la lluvia han hecho tantos estragos
que en mi jardín muy pocos frutos rojos quedan.
 
Ahora por fin he alcanzado el otoño de las ideas,
y hay que emplear la pala y los rastrillos
para las tierras inundadas reunir de nuevo,
esas en las que el agua cava hoyos del tamaño de tumbas.
 
¿Y quién sabe si las nuevas flores con que sueño
encontrarán en este suelo como una playa lavado
el místico alimento que les dará vigor?
 
—¡Oh, dolor! ¡Oh, dolor! Devora la vida el tiempo,
y el oscuro Enemigo que nos roe el corazón
crece y se fortalece con la sangre que perdemos!
 
 
 
_________________
en "Les fleurs du mal", Claude Pichois, ed., Gallimard, París, 2005. Versión de Eduardo Conde. 
 
 
 

L'ENNEMI

 
Ma jeunesse ne fut qu’un ténébreux orage,
Traversé çà et là par de brillants soleils;
Le tonnerre et la pluie ont fait un tel ravage,
Qu’il reste en mon jardin bien peu de fruits vermeils.
 
Voilà que j’ai touché l’automne des idées,
Et qu’il faut employer la pelle et les râteaux
Pour rassembler à neuf les terres inondées,
Où l’eau creuse des trous grands comme des tombeaux.
 
Et qui sait si les fleurs nouvelles que je rêve
Trouveront dans ce sol lavé comme une grève
Le mystique aliment qui ferait leur vigueur?
 
— Ô douleur! ô douleur! Le Temps mange la vie,
Et l’obscur Ennemi qui nous ronge le cœur
Du sang que nous perdons croît et se fortifie!
 
 
 
(Fuente: Jonio González)

 

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