La rebanada
Un chico solo,
con una hermosa
rebanada de pan en la mano,
un chico solo
con un perro
que lo mira como a un dios
que tuviera en la mano
la llave del paraíso de los perros.
Un chico solo
que muerde su rebanada de pan,
al que todo el mundo mira
para ver cómo le da
con sencillez,
por más hambre que tenga,
la mitad de ese pan
que chorrea manteca a su perro.
Traducción: Ezequiel Zaidenwerg
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