Levanto las manos
Levanto las manos y en ellas se levanta el viento.
Salen volando rosas del corazón cerrado
de la madera.
Las colas de los pavorreales como una obra astronómica.
Y el cuarto inundado por dentro
de espejos. O un espacio cereal que se exalta.
Escondo la cara. La voz se llena de arterias.
Y yo levanto las manos protegiendo la levedad del talento
del terror que lo arrebata. Los ojos contra
las artes del fuego.
Protegiendo mi muerte del éxtasis de las imágenes.
Traduccción: Ezequiel Zaidenwerg
No hay comentarios:
Publicar un comentario