IN MEMORIAM
*Somos pasto del tiempo, cada día nos estamos ejercitando en el arte de perder lo que más amamos (como lo cuenta E. Bishop con cierta dosis de ironía). No hay día en el que el horizonte no se oscurezca por las sombras de las guerras, las desgracias, las catástrofes naturales, enfermedad, la presión social que nos oprime. Esta es la realidad más contigua, el mundo donde trata de sobrevivir un ser contemporáneo sometido a una crisis continua. El poeta polaco Adam Zagajewski, lo describe como mundo herido, mutilado. Sin embargo, trascender nos lleva a descubrir que tampoco el ángel, criatura limítrofe y fronteriza, nos oye. Trascender, por tanto, tampoco trae alivio. Lo único que nos queda, insinúa Rilke y tras él, Zagajewski, es alabar la belleza trágica de nuestra circunstancia:
Intenta celebrar el mundo mutilado
Intenta celebrar el mundo mutilado.
Recuerda los largos días de junio
y las fresas silvestres, las gotas de vino rosé.
Las ortigas, que con esmero cubrían
las fincas abandonadas de los exiliados.
Tienes que celebrar el mundo mutilado.
Mirabas los yates y los barcos lujosos;
uno de ellos tenía un largo viaje por hacer,
a otros sólo les aguardaba un vacío salado.
Has visto a refugiados con rumbo a ninguna parte,
has oído a verdugos que cantaban con gozo.
Deberías celebrar el mundo mutilado.
Recuerda los momentos cuando estabais juntos,
en una habitación blanca se movió la cortina.
Que tu pensamiento vuelva al concierto cuando estalló la música.
Durante el otoño cogías bellotas en el parque
mientras las hojas se arremolinaban en las cicatrices de la tierra.
Celebra el mundo mutilado,
y la pluma gris que un tordo ha perdido,
y la luz delicada que yerra y desaparece
y regresa.
Trad. Xavier Farré
(Fuente: Ada lírica)
No hay comentarios:
Publicar un comentario