FANTASMA
FANTASMA
Cayó el filo del hacha sobre mi cuello hereje
y colgaron el cráneo de la rama de un árbol
como fruta podrida de aviso y escarmiento.
me fugué de la carne y aún sigo por aquí,
enredado en el tiempo fugaz de los mortales.
Una lluvia de siglos cayó sobre las cuevas
donde habían tenido su refugio mis ojos,
llovió, siguió lloviendo
y llueve
sobre el árbol aún,
eternamente llueve pero yo no me mojo
porque ya soy el agua,
soy el cielo, la tierra, el mar, el viento…
vago por las afueras de todo cuanto ves
y, si me place, te vengo a visitar,
hago que me presientas
en la madera vieja de los muebles
que crujen por la noche como vértebras rotas,
hago que me presientas
en los golpes de viento repentinos
que azotan la ventana,
en la mosca que zumba arañando el silencio
o en la puerta entreabierta
del insomnio,
vamos, hazlo, levanta tu cabeza
de la almohada
y mira,
sé bien que me presientes aunque no me conozcas,
te vengo a visitar solo por ser mortal,
de ti quiero vengarme,
pues los mortales fuisteis mis jueces y verdugos.
Agota ser fantasma, no lo niego,
mas si un día me canso, como ahora, de vagar y vagar,
me acomodo en las cuevas donde viven los ojos
de algún poeta loco
y provoco estos versos que acabas de leer.
Ilustración Freepik
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