El actor y el poeta
La gente de teatro no soporta mi manera de leer poesía. «¡La destroza!»
Ellos no comprenden, buhoneros de los versos y los sentimientos, que la tarea del actor es distinta de la del poeta. La tarea del poeta: tras descubrir - encubrir. La voz para él es una coraza, una máscara. Sin el velo de la voz está desnudo. El poeta siempre borra las huellas. La voz del poeta —como el agua— apaga el incendio (de la poesía). El poeta no puede declamar: es vergonzoso e insultante. El poeta es solitario, el escenario para él es una picota. ¡¿Ofrecer su poesía con la voz (¡el más perfecto de los hilos conductores!), utilizar a Psiqué para el éxito?! ¡Tengo suficiente con haber aceptado el gran convenio de la escritura y la publicación!
—¡No soy empresaria de mi propia vergüenza!
En Indicios terrestres
(Fuente: Isaías Garde - Biblioteca Ignoria)
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