Era sangre, señor fiscal
Era sangre, señor fiscal
No, señor fiscal
no eran de salsa de tomate,
las manchas en la franela de Angel
Señor fiscal, cuando lo hallaron,
medio muerto, en el pavimento
Era su sangre la que teñía
de rojo la camiseta blanca
Era su sangre la que inflamaba su ojo
era la sangre de su corazón
La que luchaba para sobrevivir
No era ketchup, señor fiscal
A Ángel Mora, en Guanare,
lo golpearon la fuerzas represivas
que lo secuestraron por protestar
La UCI lo recibió casi muerto
Y una semana después, murió
No era salsa de tomate, señor fiscal
Se lo digo en versos a usted
que se dice poeta
Era sangre, señor fiscal
era la sangre de Ángel
era la sangre de un país
que se niega a seguir bajo la bota.
Madrid, 05/08/24
(Fuente: La Parada Poética)
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