Diseños Capilares de ayer y hoy
Llegan todos los días
a Diseños capilares de ayer y hoy,
a veces en taxi,
a veces con las hijas,
y otras con un hijo ya maduro
de sobrio sobretodo,
que estaciona cerquita del cordón,
se baja a abrir la puerta,
ofrece el brazo.
Qué importante este casi
último vestigio
de pelaje animal.
Cuánto lo valoramos:
ese flequillo egipcio con trencitas
y los rulos helénicos debajo de la vincha
los complejos diseños africanos,
los tupés entalcados y encumbrados,
los peludos sesenta con su guitarra eléctrica,
y la aureola finísima
de mi vecina de noventa y dos
que ya está casi ciega
y sigue con la misma permanente
y el mismo estilo intacto
con el que atravesó, joven, con su marido
la última guerra mundial.
Traducción de Ezequiel Zaidenwerg
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