Aprendizaje
Aprendizaje
La poesía
me enseñó a mentir
a leer las cenizas del papel
impostar la voz y la carne
me enseñó a maldecir
escribir del revés
blasfemar
hacer pan
arrancar oscuridad
a recargar las armas
exhumar cadáveres
expiar culpas
exiliar vergüenzas
cambiar destino
esconder fantasmas
me enseñó el dolor
de peregrinar
pedir
sumar
atacar
cavar trincheras
hacer lujo y detalles
comer con la boca abierta
todo lo que no se debe
me enseñó
el arte inútil del protagonismo
cauterizar heridas y vidrios
absolver la fragancia del espejo
darle de comer a las fieras
la poesía me enseñó
a respirar fuego
a vivir en el fondo del recuerdo
a estorbar hacer guirnaldas
armar una guerra de la nada
escupir al cielo
soplar
hacer botellas
el hambre de mañana
el enemigo
las tablas de la trampa
a caminar a ciegas
a podar bosques
a santificar los naufragios
la poesía me enseñó
a repartir la palabra
a que nada sirva
si tiene que servir.
Daniel Quintero
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