dos poemas
1- Tejiendo la mañana
1- Tejiendo la mañana
Un gallo solo no teje una mañana:
De uno que atrapa ese grito suyo
y lo lanza a otro; de otro gallo
que antes capta el grito de un gallo
y se lo lanza a otro; y de otros gallos
que con muchos otros gallos cruzan
los hilos de sus gritos de gallo,
para que la mañana, desde una tenue telaraña,
se teja, entre todos los gallos.
Y encarnándose en lienzos, entre todos,
construyendo una carpa, donde todos entran,
entreteniéndose para todos, en el toldo
(la mañana) que es plano sin marco.
Por la mañana, toldo de una tela tan aérea
que, tela, se eleva por sí sola: globo ligero.
2- La educación por la piedra
Una educación por la piedra: por lecciones;
para aprender de la piedra, frecuéntala:
captar su voz sin énfasis, impersonal
(por la de dicción ella inicia la clase).
La lección de moral, su resistencia fría
a lo que fluye y al fluir, a ser moldeada;
la de poética, su carnadura concreta;
la de economía, su condensación compacta;
lecciones de la piedra (de afuera para adentro,
cartilla muda), para quien la deletrea.
Otra educación por la piedra: en el Sertón
(de adentro para afuera, y predidáctica).
En el Sertón la piedra no sabe dar lecciones,
y si las diese, no enseñaría nada;
allá no se aprende la piedra: allá la piedra,
una piedra de nacimiento, entraña el alma.
traducción: Pablo de Barco
(Fuente: Hugo Toscadaray)
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