Hambre
si pide mesa y sillas
-no institución, jamás institución-
la respuesta es desamparo:
come, en silencio,
el aullido encerrado por cuotas
sin cuchillos ni cartas de presentación.
Si pide manteles
están los tejidos de la ceguera
hechos a mano con los hilos de la distancia
a la heladera
la incubadora
la especie
al desahucio.
Si te pide aceite y sal
muéstrale el desierto de los vientres,
la grasa oculta de las palabras
que rebotan entre paladar y pantalla.
Si te pide carne, que sea sumisa,
consoladora, caliente,
que esté fresca, tierna
y que nunca
sangre al ser mordida.
(Fuente: Asamblea de palabras)
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