[Rumba, descompensación...]
Rumba, descompensación, nada la turba,
ella danza todas las noches con su tocado de enfermera.
No es aparición ni mito,
es su manera de dirigir el rumbo
del martirio, impermeable a los sollozos.
Toca a uno levemente, quita una cánula allá,
sonríe con aire divino al moribundo que se resiste
y acomoda su brazo, que no la alcanza.
Al amanecer esquiva con gracia el grosero despertar
de los deudos, recoge con largos guantes
sábanas y trapos mojados a la intemperie del corredor.
Algunos la confunden con el deseo o con la muerte,
pero ella permanece ajena y silba canciones soeces
para refugiarse del dolor en los días feriados.
Su música es original en este salón para bailes agónicos.
“La caída hacia arriba” (2018)
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