La tormenta y el impulso...
La tormenta y el impulso:
Debió de ser un muchacho muy joven,
enardecido por la impaciencia y la fiebre,
un muchacho que se anudaba el lazo ante el espejo
y presentía la extinción.
Las cosas, desde el dolor;
le parecían fugaces y pequeñas,
de modo que subió al monte más alto,
contempló los castillos, las cascadas,
vio el cielo colmarse de relámpagos,
las águilas alzándose,
la sombra de las nubes corriendo sobre el valle.
Gritó.
Y su alarido aún nos hace vibrar,
aquí en lo alto.
Montserrat Cano en Arqueología (2003), incluido en La voz y la escritura 2006. 80 nuevas propuestas poéticas desde los viernes de la Cacharrería (Ediciones Sial, Madrid, 2006).
(Fuente: Asamblea de palabras)
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