TRES VARIACIONES DEL POEMA DE MELISSANTHI "RESARCIMIENTO" POR KATHRYN HARRIS
REPARACIÓN
Cada vez que pequé una puerta se abrió a medias y los
[Ángeles
que nunca me encontraron lo suficientemente virtuosa
[como para ser bella
volcaron el jarrón de flores que era sus almas.
Cada vez que pequé era como si una puerta se abriera
y lágrimas de compasión cayeran sobre el césped.
Y aunque la culpa me expulsó de los cielos como una espada,
cada vez que pequé una puerta se abrió a medias y aunque
[los hombres
me hallaban fea, los Ángeles me hallaban hermosa.
RESARCIMIENTO
Mis razones para ello:
1. Los hombres me veían hermosa, los Ángeles me veían
[fea.
2. Cada vez que pensé que podía ser hermosa, los ángeles
me dijeron No.
3. Cada vez que abrí la puerta trasera, mi alma estaba ahí
en la hierba, expulsada del cielo - donde no se me hallaba
hermosa.
4. Cuando los hombres me dieron flores, los ángeles estaban
en el jarrón, diciéndome que había pecado, mi virtud esta-
ba medio llena, y yo no era hermosa.
5. Aunque les ofrecí mi culpa, me mantuvieron apartada con
una puerta.
6. Cada vez me incliné a un costado, mis lágrimas cayeron
sobre un ángel cuya compasión bloqueó la puerta como una
espada, y nunca me dejaron entrar.
7. Quiero que todos me encuentren hermosa.
RESARCIMIENTO
Aunque podemos imaginar que los Ángeles son hermosos,
hay una evidencia de lo contrario. ¡Por ejemplo, el Ángel
que blandió su fiera espada cuando expulsó a nuestros Pa-
des del Edén debe haber sido espantoso! De igual modo,
los Ángeles pueden ser menos compasivos de lo que supo-
nemos; seguramente nosotros, también, abandonaríamos la
noción de la virtud si entreviéramos los pecados del Hom-
bre cada vez que nos atreviéramos a abrir nuestra puerta.
¡Qué horrible debe parecer nuestro mundo, qué lleno de
culpa! Las cosas que el Hombre crea -una foto, un jarrón,
aún una Catedral- nunca serán ni la mitad de hermosas que
una flor que brota del pasto, o la lluvia que son las lágrimas
de Dios. Debemos sacarnos el sombrero ante los Ángeles,
solo ellos saben por qué nos toleran.
Melisanthi, cuyo verdadero nombre es Eva Chougia, nació
en Atenas en 1907. Estudió francés, inglés, alemán, música
y filosofía. Fue profesora de francés y periodista.
Este es su poema más famoso.
Murió en 1991.
Las tres versiones son de la poeta norteamericana Kathryn
Maris, nacida en Nueva York, y que vive en Londres desde
1999.
Me parece que esta poesía a la segunda potencia, es decir,
poemas-versiones acerca de un poema "ajeno", es un territo-
rio rico en posibilidades. Digo "ajeno" justamente para sub-
rayar que sin despojar de la autoría al poeta inicial, se utili-
za la polisemia del poema logrado para recrear otros poemas
invisibles. Hay que animarse. Kathryn Maris lo hace.
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