lunes, 4 de abril de 2022

María Meleck Vivanco (San Javier, Córdoba, Argentina, 1921- Portezuelo, Maldonado, Uruguay, 2010)

 





Las grandes contraseñas
 

Airosamente convivo con los adolescentes que
caminan descalzos la repugnante menta Eunucos de
un serrallo con chispas de alcanfor que hacen crujir
la manivela de la suerte En seguimiento de los
incendios oscuros
Yo no respiro No confío más en la mandrágora que
ciega mariposas Ni en la temperatura del placer que
me recuerda que una mañana desperté amapola Ni
en los encantamientos que suceden con las grandes
contraseñas de la vida
Voladas las trincheras que espesan los crepúsculos,
es imposible arriar caballos bajo el espectro flotante
de la cordura

Me desconciertan la pobreza y el humo
amo el secreto último de los cuerpos arrastrados en el viento

[Balanza de ceremonias, 1992]
 
 


[Desde infinitos mundos...]
 

Desde infinitos mundos, cayó una nube en la mirada
de los cuervos
Imaginé, la falsa levitación de las murallas que
rodeaban mi sangre El peine de carey, en su estuche
de semillas vacías Un par de anteojos de tempestad,
con su visor fantasma siempre empañado Las
miserables patas de la muerte, muertas de miedo
Descubierta por el deseo, probé los numerosos ritos
de la impaciencia Con mis caderas frágiles, en senti-
do inverso del sol

Porque nací, secretamente separada

["Los regalos de la locura", Antología poética, 2009]
 


Reclinatorio donde la virgen
 

Mi arrobamiento se suma a los conjuros de la
sombra A la savia picante y sensual de los paraísos
abstraídos Como ala de abanicos angélicos que
refrescan la turbulencia de la tierra
Mientras la luna exhala su perfume animal, me
instalo soberana en los jergones del monte En los
remiendos estrellados del viento
Llegan los marginados de la procesión Abren el
follaje y se reparten los manjares deliciosos y las
naranjas profundas El rocío distrae más allá de la
fiesta Y obedezco al pulso salvaje de ruidos
luminosos
Fruto de la compasión, la niña alisa sus cabellos con
peine de palo santo Y el ave infiel se despereza
entre las flores
Amo las chimeneas desoladas Y suspiro la púrpura
en el reclinatorio, donde la virgen descansa su
cabeza

Ahora las máscaras, se prueban corazones alrededor
de mi casa

[Mar de Mármara, 2011]
 



Poetas surrealistas argentinos.
Recopilación de textos y notas: Javier Cófreces
Ediciones en Danza,
Buenos Aires, 2022









Foto: María Meleck Vivanco/Facebook s/d
 
 
(Fuente: Campo de maniobras blog)

 

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