UN POEMA DE IMAGO MUNDI I
ODA A LA AMISTAD
Bienestar, esa es la realidad, y no la idea demasiado
abstracta de la felicidad.
Sentarme al atardecer al pie del Espantapájaros, a
lo lejos deje de dar
vueltas el catavientos,
haya amistad
(distributiva) entre
Semillas de cebada
(actividad razonada)
Y los gorriones.
Y tener un vientre equino (rumiante) poder digerir
el heno y la fajina.
El rascón avanza por el espigón, piedras
asimétricas, atrás el
diente de perro
penetra la bahía: se
conoce que el pájaro
husmea la presencia
de una mancha de
pejerreyes, llegan en
son de paz, treguas
del hambre y su
saciedad: pactar,
concluir con los
mandatos ineludibles
de la Naturaleza,
demasiado se semejan
a las órdenes de Dios,
sus ordenanzas: el león
y el cordero duermen
abrazados, vías de
agua y vías de fuego
por senderos paralelos
con sus funciones
inalteradas, nazca
de la liebre y el halcón
la Quimera.
En tardes de otoño se cierne la primera nevada
del año, un resplandor:
la madre supera la
presencia de la harina
tamizada, el pulso es
perfecto, en el harnero
entre sus manos: la
artesa al horno, agua
y fuego compaginan,
a la mesa el gorrión
y el cordero riendo
pellizcan el pico de
un pan.
Imago Mundi I
Ay del seis Poesía
(Fuente: Papeles de Pablo Müller)
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