Letanía para acompañar prácticas de
teletransportación
Para qué vas ser una persona cuando puedes ser tú mismo,
para qué vas a ser una persona cuando puedes ser cuatro, cuarenta, cuatrocientas,
para
qué vas a ser una persona cuando puedes asumir la identidad de tu gato,
de un perro callejero, de una vaca que pace sin pensar en la pradera,
para
qué vas a ser una persona cuando ni tu voz te pertenece, nunca miras tu
sombra, siempre estás llegando tarde a tus propios pensamientos,
para qué vas a ser una persona cuando hay otros ocho mil millones de personas en el mundo,
para
qué, dime, para qué, qué problemas sociales arreglaría esa vaina, qué
novedad traería bajo la luz del día, qué tanto nos ayuda eso a llegar al
futuro.
Dime, necesito que piensas y me digas,
para qué diablos sirve ser una fucking persona.
El poema en estado fetal
Antes de comenzar este poema,
juro decir la verdad y nada más que la verdad,
prometo ser históricamente veraz
y respetar los límites del mundo conocido por la ciencia.
Este poema podrá leerse, entenderse e interpretarse en tres simples pasos
y se ajustará fielmente a la forma de los hechos.
Se evitarán las palabras polisémicas en la medida de lo posible
y las metáforas que no hayan sido previamente diluidas en agua.
Este poema no producirá ninguna reacción adversa.
No pretenderá decir nada que no haya sido dicho antes y obviará toda expresión
contra la cual aún no hayamos aprobado un eufemismo.
La persona es interrogada por sus recuerdos
Le recuerdo que está aquí detenido
por plagiarse a sí mismo.
Por hacer pasar por nuevos un mismo par de piernas,
el mismo par de manos, su mal raída sombra,
una misma sonrisa con muestras visibles de deterioro,
los mismos veinte dedos desde hace treinta años.
Por la poca creatividad en la elección de los gestos,
e incluso las preguntas y todas las decisiones
repetidas tantas veces a lo largo de su vida.
Tenemos grabaciones en las que se le observa
con su andar distintivo caminando en la calle. ¿Es que
no puede usted hacer nada que no haya hecho ayer,
dejar de parecerse tanto a su propia persona?
Fotografía tomada desde el subconsciente
A mí también me espían los fantasmas.
A mí también se me quedan mirando
y siento el poder penetrante de sus ojos atravesar mi soledad.
A mí también se me esconden en las sombras
y me asustan con los celajes que delatan sus movimientos.
A mis sentidos también llegan las ondas que desatan sus pasos
mientras se deslizan del mundo de lo real a lo irreal.
A mí también me despiertan por la noche los fantasmas
con ruidos que no llego a saber de qué lugar provienen.
A fin de cuentas, me atemoriza tanto como a ustedes llegar a ser uno de ellos,
un alma en pena que va por la vida aprovechándose de cuerpos.
del libro Sentido policiaco (Amargord Ediciones, Madrid, 2021)
Edwin Solano Reyes. Nació en San Pedro de Macorís, República Dominicana, en 1989. Estudió Filosofía y Letras en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, Recinto Santiago de los Caballeros. Obtuvo el XIV Premio de Poesía de la Alianza Cibaeña en 2015 y el Premio de Poesía Joven de la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo en 2018. Ha publicado Coartadas (Santo Domingo: Ediciones Rumbo Norte, 2015); Expedición para cazar fantasmas (Santo Domingo: Editora Nacional, 2019) Poemas para leer drogado (Madrid: Amargord Ediciones, 2019), y Sentido policiaco (Madrid: Amargord Ediciones, 2021).
(Fuente: low-fi ardentia)
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