Viento
Viento
Frente a la ventana, los grandes girasoles.
Sobre el camino sucio, polvo del caballo que pasa.
Ella de pie todavía esperando. Triste.
La luz reflejándose en su cara podría ser
de los girasoles aquellos; De repente
levanta los brazos, atrapa el viento,
se posesiona del sombrero de paja del jinete, lo aprieta
a su pecho,
entra y cierra la ventana.
Sumisión
Sumisión
Abrió la ventana. El viento rompió,
y de un golpe, le separó el cabello, en dos grandes pájaros,
sobre sus hombros.
Cerró la ventana.
Los dos pájaros estaban sobre la mesa
mirándola. Ella inclinó la cabeza
entre ellos y lloró en silencio.
¿Faz o fachada?
¿Faz o fachada?
"Yo esculpí esta estatua en la piedra" —dijo él—
"pero no con un martillo; sino con mis dedos desnudos,
con mis ojos
desnudos,
con mi cuerpo desnudo, con mis labios. Ahora no sé
quién soy yo y quién la estatua".
Él se esconde tras ella,
era horrible, horrible —la abrazó, levantándola y
sosteniéndola alrededor de la cintura
y caminaron juntos.
Entonces él nos dijo que supuestamente
la estatua (maravillosa, en verdad) era él; o que
al menos ella caminaba en él mismo. Pero ¿quién le creía?
La muchacha que recobró la vista
La muchacha que recobró la vista
Ah —dijo ella—, veo otra vez. Ahí. Todos estos años mis ojos
me fueron extraños,
se hundieron en mí; fueron dos guijarros mohosos
en agua oscura, densa —negra. Ahora
—¿no es eso una nube? ¿y ésta una rosa? —dime;
¿y esto una hoja —es verde? —v-e-r-d-
y esto, mi voz —sí? —¿y puedes oírme hablar?
Voz y ojos —¿no es esto lo que se llama libertad?
Abajo en el sótano he olvidado la amplia charola de plata,
las cajas de cartón, las jaulas y los carretes de cuerdas.
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Trad: Nikos Stangos.
(Fuente: Cecilia Pontorno)
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